Mostrando entradas con la etiqueta Timanco. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta Timanco. Mostrar todas las entradas

viernes, 27 de mayo de 2011

Llegada de conquistadores


RESUMEN HISTÓRICO DE LA GAITANA
Chülureo, Cálamo, harguayaco, Quinche, Cicana, Olicual, Cicandé, Oritoguaz, Tinco, Maito, Ancamúrn, Picuma, Jancué, Mantagua, Imayá, Tijiflá y Pigoanza, oyeron el grito de rebeldía de la Gaitana.

 El clamor de la ofendida madre no encontraba eco en los atemorizados jefes aborígenes que no hallaban explicación a sus potentes armas. Fue necesario que Añasco penetrara al territorio Yalcón para que Pigoanza se decidiera a acompañar a la desolada cacica.

  Junto a la fiera Gaitana se alinean Pigoanza, el poderoso jefe, Yalcón, Aniobongo, estratega valeroso;  Dura había sido la campaña de convencimiento pues había indígenas colaboradores como Carneco, el pesimista, Inándo, servidor de los españoles y Rodrigo, amigo sincero de Añasco y su primo homónimo.


En efecto, Añasco salió con dieciséis soldados a explorar el Valle de los Anayacos. Pigoanza, que había tratado de apaciguar a Añasco con un presente de oro, siguiendo instrucciones de su hijo Rodrigo, al ver su territorio hollado y urgido por la Gaitana se coloca al frente de los indígenas coligados que le reconocían sus condiciones de guerrero arrojado y perspicaz. Así lo había demostrado teniendo a raya a los pijaos. Al frente de seis mil guerreros armados de macanas, lanzas, flechas y hondas, que Herrera y Piedrahita hacen subir a 12.000 con los de la tribu aliadas a panes y Andakies, se presentó Pigoanza al Valle de Vaguilga, estrecho y montuoso donde Añasco se aprestó a la defensa con treinta y tres soldados; sólo Baltazar del Río y el jefe tenían caballos.. Añasco, avisado del peligro por su amigo Rodrigo, Tomaba toda clase de precauciones.

 La víspera del combate estableció tres puestos de vigilancia en triángulo estratégico. Al amanecer las rnesnadas indígenas irrumpieron el campo entre atronadores gritos. Feroz fue la acometida como heroica, la defensa de los castellanos. Uno a uno fueron cayendo los conquistadores ante las macanas y flechas indígenas. 
 Baltazar del Río, Pedro de Esperanza, Francisco Sánchez, Juan de Guzmán, Belalcázar, venden cara  su vida. En la lucha Pigoanza llega a poner prisionero a su hijo Rodrigo. Una macana rompe la cabeza y el freno del caballo de Añasco.
 El altivo conquistador es hecho prisionero. Desnudo es llevado ante Pigoanza quien lo presenta como trofeo a la furibunda madre; Entre tanto desfallecidos por la lucha, Luis Mideros  aprovecha la euforia del triunfo para escapar de las  decenas de muertos y heridos en el campo de batalla.      ( relato del historiador Huilense Joaquín García Borrer